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martes, 28 de julio de 2015

EXCURSIÓN A PEÑA VIEJA (Picos de Europa) julio 2015

Hace ya tiempo que Gelo estaba con la ilusión de intentar subir a Peña Vieja (2.614 m.), como dice él, "tiene casi la tercera parte del Everest", ¡qué optimista es!...
Con 82 años en su haber, este año no podíamos dejar de pasar la oportunidad de subir.

Pues bien, tras fijar como fecha este 18/07/2015 para intentarlo (pues él de antemano se daba por satisfecho con llegar al Collado), y tras una predicción incierta de lluvias para ese día en todo Liébana y Picos (Aemet esta vez falló estrepitosamente pues auguraba un 100% de lluvia e hizo un día fantástico tanto abajo como arriba), nos citamos ese día a las 8:30 en Fuente Dé, los que finalmente pudimos asistir...
El ritual de ponerse las botas a pié de maletero de los coches, cremas, repaso de mochilas, agua, alimentos energéticos, bastones daba comienzo a la jornada que había empezado saliendo a las 6:45 desde Santander...

A las 9:00 nos disponemos a subir en la cabina del teleférico obviamente Gelo, Cristina, Marigé, Miguel, Leticia, Ignacio y quien escribe (Luis)...

Nos disponemos a subir...

Tres generaciones de Giles; en esta foto está el más mayor de todos (82 años), y el más joven (9 años)...


Segundos más tarde... Allá vamos...

Tras asomarnos al impresionente balcón del Mirador del Cable, partimos con fresquito en el ambiente y sombra aún en el primer trecho y de fondo el objetivo, el techo de Cantabria, el coloso: Peña Vieja.
Salimos...

 El primer recodo...

Tras sobrepasar el cruce que baja a Áliva, comenzamos la interminable Vueltona dejando a la izquierda los laguitos de siempre, la Fuente escondida... Hace fresquito a esta primera hora.



En unos minutos llegamos al primer nevero perpetuo que tenemos que pisar con cuidado de los resbalones... Las grandes graveras quedan a nuestra derecha flanqueando Peña Olvidada, el contrafuerte sur de Peña Vieja.

El anfiteatro del fondo deja entrever la Aguja de la Canalona...


Y más a su izquierda Horcados Rojos, al fondo la brillante carlinga de Cabaña Verónica, el Tesorero detrás...

... Seguimos con la sonrisa en la boca, por fín se estaba haciendo realidad el sueño...
¡Arriba valiente!


¡Gelo parece que aguanta, y nosotros también!

Poco a poco La Vueltona va quedando abajo sin apenas darnos cuenta...

Llegamos al cruce de sendas, a la derecha a La Canalona y Peña Vieja... ¡Por ahí!

La cosa comienza a complicarse aunque parece que no es difícil (aún). Seguimos subiendo...

Descansar no viene mal. Comienza a haber tráfico, unos suben, otros bajan, unos no saben a dónde van, los más preparados nos adelantan corriendo...

La ascensión continuaba y ninguno teníamos ningún síntoma de cansancio...

La gravera del lado derecho no era ninguna broma aunque seguíamos como si nada. 

Personalmente me ponía muy nervioso la idea de que Miguel fuera de avanzadilla con Ignacio (su referencia en esta excursión), a uno porque no hay quien lo pare, y al otro porque no hay quien lo pare, no sé si me explico... 

La vista merecía mucho la pena...

La panorámica empieza a dejar bajo nuestros pies a buena parte del paisaje.


¿Alguien tiene barritas?


... Pero la senda cada vez era más estrecha y peligrosa en su flanco derecho de la ascensión (las fotos no reflejan lo que había).

... Y más...

... Y más...

Dábamos dos pasos arriba y uno atrás...

... Hasta que la cosa se complicó y un "ataque de miedo responsable se apoderó de algunos" al imaginar un traspiés en lo que era un día de celebración.

Gelo, por un lado quería seguir, llegar a "su meta" y por otro abortar el intento pensando en los demás pero siguió...

... Bordeó el empinado nevero a los piés de La Canalona y tiró para arriba...



Ignacio había "tirado" a ver si llegaba a la cumbre, y acompañado de Marigé, Gelo, después de varias décadas, volvió a pisar el Collado de Peña Vieja... Al fondo la subida final que dejaremos para la próxima, quién sabe cuándo... 
Cansado pero ha merecido la pena.
 

Aderezados y jóvenes montañeros le hacían textualmente, y doy fé de ello porque lo he presenciado, la reverencia al ver que con 82 años había logrado subir hasta ahí...

Sin palabras...

¡Bonita foto hecha por un montañero!

La impresionante Aguja de la Canalona y la Aguja Bustamante vistas desde el comienzo del Collado...

... A todo esto, y mientras tanto, la única representación que llega a la cumbre es Ignacio. Pese a lo intrépido, ha afirmado que ha sido complicado y que el tramo final hay que subirlo trepando con las manos por lo que los comentarios leídos sobre Peña Vieja de que es un paseo, dejamos constancia de que "de eso, nada monada":

Cuando Gelo y Marigé aparecen ya bajando...
Gelo parece estar extasiado, como él mismo afirma "como fumado"... Le notamos raro, es como cuando Moisés descrendió del Monte Sinaí tras ver la zarza ardiendo...

Tras reunirnos todos cerca del último nevero a piés de La Canalona, comenzamos la bajada no sin cierto desánimo...


Cansancio, abatimiento...

¡Pero estábamos todos, y además bien!

Aún así, Gelo quizo hacernos una demostración escalando un pequeño risco dejándose la cuerda abajo...
 ¡Dios, qué moral!


... Y mientras, los demás mirando cómo escalaba...

Y Miguel también se apuntó a emularle cual Spiderman...

Llegamos de nuevo al crucero, pero esta vez de bajada...

Más abajo, La Vueltona en sentido inverso...
 
 Bajando...
 Bajando...

Hasta que llegamos de nuevo al Cable... Son las 15:15 ¡y con mucho apetito!
El objetivo está cumplido.

Tras las fotos de rigor en el Mirador del Cable...





Algunos no quisieron posar ¿sería por miedo? ¿estarían despeinados? ¿exhaustos?

Bueno, aquí ponemos fin a un reto que se ha conseguido no solo gracias a quien ha llegado a la cumbre, sino a todos quienes han participado de la excursión, a Angelita que seguro estuvo rezando por nosotros todo el día desde casa, a Begoña que puso fecha y concrección para que esta histórica cita se diera, y a María cuya ilusión en repetir acompañando a Gelo hasta el final no se pudo cumplir esta vez... Pero aquí va su homenaje y colaboración en la excursión como brillante colofón, tocando con Ara ese mismo día de verano, el invierno de Vivaldi...


¡Hasta la próxima, besos y gracias familia!

Luis Ángel Gil Gambarte